Si una cosa tiene

esto de la fotografía de la naturaleza es, que además de poder realizar tu afición en un entorno y con unos protagonistas maravillosos, es el poder conocer a gente con tus mismas inquietudes, con los que aprendes y compartes momentos, instantes y experiencias que te ayudan a progresar tanto en el conocimiento del medio natural como en las técnicas y "truquillos" desde el punto de vista fotográfico.

Pero no sólo eso, por encima de todo esto, lo que te brinda esta actividad es la oportunidad de conocer a personas, compañeros al fin y al cabo, que te muestran su lado más humano, sus inquietudes, ilusiones, sueños y esperanzas; gente buena y muy buena gente con los que te atreves a compartir tus propias ilusiones, esperanzas, sueños e inquietudes. Llegas a vivir con alegría sus alegrias y con tristeza sus tristeza. Personas con las que vives muchas horas de trabajo de campo, preparación, viajes, etc.;  otras tantas y más de aguardo, con las que entre "click" y "click", difieres, discutes, acuerdas, criticas y departes sobre cualquier aspecto de la vida, convivencias y existencia.

Para mí, esto es aún más importante y tiene un valor mayor que incluso la madre de todas las fotos; puedo decir que mi experiencia en este sentido es sumamente positiva, por esto siempre tengo tendencia a agradecer los esfuerzos y la dedicación desinteresada de todos estos compañeros para conmigo.

En este caso ese agradecimiento lo quiero dirigir al amigo Jose María Carretero con el que he compartido algunas sesiones en su comedero que tan bien tiene gestionado, en el que con suma facilidad he podido realizar algunas instántaneas a esta preciosidad

Amigo, mi agradecimiento y mi apoyo sincero en estos momentos.

UN SALUDO