Los carrizos son plantas de tallo grande que normalmente crecen dentro de un medio acuático, ó cercano a él, suelen formar una tupida barrera vegetal gracias a la densidad de plantas que la componen. Es éste un hábitat estable para una amplia y variada avifauna. Refiriéndonos a las aves, podemos destacar como característica principal, que pasan la mayor parte de su vida entre esa vegetación, que le proporciona alimento y refugio para sus posibles depredadores; algunas especies sólo realizan pequeños y rápidos vuelos para desplazarse entre bancales cercanos para desaparecer de nuevo en la espesura de estos largos tallos, como ocurre por ejemplo, con los calamones y en mayor medida con rascones y avetorillos.
Otras usan la textura, el color de su plumaje e incluso juegan con la posición de su cuerpo para mimetizarse con el entorno, por lo que los avistamientos "limpios" del ave en cuestión son escasos, como puede ocurrir con la garza real, garza imperial y el propio avetorillo.
Desde esa privilegiada posición otean la superficie del agua e incluso los tallos cercanos en busca de alimento, una vez localizado empieza un ritual pausado, muy lento, casi se para el tiempo, gracias a las características de su cuello comienza el acecho, estirándose poco a poco, sin prisas y sin perder el apoyo, una vez la distancia es la adecuada, con un golpe certero y a una velocidad endiablada asesta el golpe definitivo.
A veces en sus desplazamientos un pequeño claro, nos permite observar con mas detenimiento a estas fantásticas aves
En raras ocasiones, cuando saciada su hambre y comprobado que no hay un peligro cercano, deciden apostarse en alguna rama para tomar un baño de sol ó simplemente reposar
También es posible que, cansado de no conseguir sustento en su zona de caza habitual y acuciado por la necesidad de alimentarse, decida apostarse para tal lance a la vista de todos.
Incluso podemos ser testigos de como la inocencia y los deseos innatos de los más pequeños de explorar, de conocer, pueden llevarlos a situaciones de gran peligro
En esta ocasión el celo de la madre anuló cualquier posible amenaza, salió disparada desde los carrizos con un vuelo rasante y entre gritos de advertencia, en un abrir y cerrar de ojos, ambos desaparecieron. La reprimenda fué mayúscula, no quiero ni pensar lo que le esperaba al jovenzuelo cuando llegaron a casa.
¡Como me suena esto a mi!
UN SALUDO
Buenísismas, antonio. Con este bichejo nunca he tenido suerte. Mira que es esquivo. La que asoma entre los carrizos define muy bien su comportamiento. Un abrazo
ResponderEliminarPreciosa serie Antonio, eres un crack. Sacar asi al avetorillo tiene un merito enorme. Felicidades. Saludos desde mi terruño.
ResponderEliminarMuy buena la serie Antonio. Con lo difícil que es pillar a esta gente en condiciones. Me gusta sobre todo la segunda, con esa mirada recelosa cual vieja'l visillo
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Antonio, a mi me gustan todas, además creo que hay una que hicimos juntos.
ResponderEliminarun placer para la vista, de esta especie tan esquiva.
nos vemos pronto.
un abrazo
Javi
Buena serie de fotos y certeros comentarios.
ResponderEliminarSaludos.
Magnifica serie!
ResponderEliminarcon ver uno me conformaba yo...!
Saludos camperos!