Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.

                 Aún sigue posado, aún sigue posado

                 en el pálido busto de Palas.

                 en el dintel de la puerta de mi cuarto.

                 Y sus ojos tienen la apariencia

                 de los de un demonio que está soñando.

                 Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama

                 tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,

                 del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,

                 no podrá liberarse. ¡Nunca más!

                                                                                      

Con esta última estrofa termina el poema "El Cuervo", escrito por Edgar Allan Poe.

Sin duda este pájaro es uno de los más mencionados y recurridos en obras literarias, ya en la Biblia aparece en varios pasajes. Venerado y respetado por unos, odiado y temido por otros; en ocasiones símbolo de poder y riqueza, a menudo icono del mal, de la brujería de los hechizos y del más allá. Ligado desde tiempos lejanos a la propia vida del hombre, no en vano está presente con un protagonismo propio en la Mitología clásica y en  medievales leyendas. 

Su figura fue usada como amenaza a los enemigos, como símbolo de poder, también de sabiduría, pero quizá es mas común encontrarlo en un contexto en el que el Mal está presente, como esencia de malos presagios, oscuros augurios y negativas noticias; en algunas zonas se le considera mediador entre la vida y la muerte. En resumen protagonista de mitos y supersticiones, una de las más conocidas la de La Torre de Londres, en la que se dice que mientras haya cuervos en ella, Inglaterra estará a salvo de una invasión extranjera, por si acaso, a algunos ejemplares regularmente les cortan las alas para asegurarse la presencia de estos alados.

En cualquier caso y dejando atrás toda esta historia, el cuervo no deja de ser un majestuoso pájaro con uno de los cerebro más grande del reino de las aves, puede que esta sea la causa de su notable inteligencia, según recientes estudios en laboratorios en los que se les somete a una serie de ejercicios con ciertas dificultades que superan con rapidez sin previo adiestramiento, aunque ya en su propio entorno demuestran unas habilidades fuera de lo común, por ejemplo, recurriendo al tráfico rodado para poder romper las cáscaras de las nueces. Otra de las facultades es la variedad de voces y sonidos que son capaces de reproducir. 

Es omnivoro por naturaleza, teniendo la capacidad de alimentarse con cualquier comida que tenga al alcance, ya sean frutas, bayas, incluso hierba, carnes, cereales, etc. Aunque son necrófagos también son cazadores de insectos, pequeños anfibios, pájaros y reptiles.

En libertad suelen vivir alrededor de 10 años, en cautiverio se han dado citas de hasta 40 años, pero cuidado, "cría cuervos y te sacarán los ojos".

Desde el punto de vista naturalista, son unos animales dignos de observar y estudiar, por su especial comportamiento y por, si tenemos esa suerte, sus fascinantes vuelos sobre todo en época de celo; desde la visión del fotógrafo, son unos bichos desesperantes por ese dichoso negro indomable que cubre todo su cuerpo.

Una de las sesiones fotográficas en el hide de los milanos de la Asociación Francisco de Asís, tuvimos la grata visita de 24 ejemplares de esta impresionante especie que es el Cuervo común.

Como siempre en buena compañía y buen vino, que los días pasados fueron gélidos.

UN SALUDO